Al igual que con Radiohead, Super Furry Animals sacó al mercado digitalmente su álbum Hey Venus! el año pasado, pero sólo hasta este 2008 recibió el formato de CD y vinilo que a los fanáticos de la música nos gustan tanto. Si el álbum no estuviera tan bueno, hasta lo hubiera ignorado como muchos otros, pero si estoy hablando de el aquí con bombos y platillos, por supuesto que este no es el caso.
Desde que le hago favores a Matador Records y Beggars Group, a cambio de entradas gratis a conciertos, mi incursión por el rock que mueve esta sociedad, sin querer queriendo, se ha incrementado (y probablemente incrementará). Por ejemplo, a Super Furry Animals los terminé escuchando por accidente porque llevaban la batuta de un show al cual fuí a ver a los que abrían, Holy Fuck. Holy Fuck estuvieron bien, como siempre, y como buen concierto al que voy que sólo me interesen los que abren, sin remordimiento alguno al final del set me fuí del salón principal al bar con el ánimo de descansar. Justo en ese momento los integrantes de Yo La Tengo llegaron al lugar, justo cuando la banda que yo había ido a ver se acababa, básicamente diciéndome que no les había importado, y justo cuando la que yo no precisamente yo no conocía ya comenzaba. Obviamente me intrigué y los seguí... no cualquier banda haría que Ira, Georgia y James dejen sus abrigadas casas en un invierno New Yorquino.
Super Furry Animals me tramó... con un poco de oposición de mi parte, me tramó. Su rock y power-pop causó sonrisas en sus fans, las cuales poco se demoraron en contagiarme igual. No puedo asegurar que todas las canciones tocadas me hubieran fascinado, pero de vez en cuando una que otra me dejaba impresionado. Me fuí de ese lugar sabiendo que tenía una banda más a la cual dedicarle al menos una búsqueda de google, si no una pequeña estudiada, porque algo bueno o excelente me iba a encontrar en su catálogo. Bueno, heme aquí. Si Hey Venus!, su último (y octavo) trabajo, no es de lo mejor que SFA ha lanzado, entonces estoy jodido, porque los mejores me van a dejar mal.
Hey Venus! tiene tantos detalles para ser descubiertos cada vez que uno lo pone entero, y es tan corto con tan solo 36 minutos, que se presta para hacerlo más de una vez. Cada vez que lo escucho no puedo dejar de imaginarme al grupo de adultos que vi en el escenario, todos con alma de niños, dándose garra, mezclando géneros, jugando con sus guitarras, haciendo coros ridículos y metiéndole cuanto sonido raro uno no se espera escuchar. Buenísimos. Y lo peor (mejor) es que el asunto les funciona! Desde la energética The Getaway Song, la primera canción, hasta Battersea Odissey, la penúltima, la fiesta no para. La última, Let the Wolves Howl at the Moon es como para respirar, porque en serio, esos 36 minutos se pasan volando.
Escúchelo aquí abajo, y cómpreselo si le gusta... hay que apoyar para el siguiente álbum que ya viene en camino.
Desde que le hago favores a Matador Records y Beggars Group, a cambio de entradas gratis a conciertos, mi incursión por el rock que mueve esta sociedad, sin querer queriendo, se ha incrementado (y probablemente incrementará). Por ejemplo, a Super Furry Animals los terminé escuchando por accidente porque llevaban la batuta de un show al cual fuí a ver a los que abrían, Holy Fuck. Holy Fuck estuvieron bien, como siempre, y como buen concierto al que voy que sólo me interesen los que abren, sin remordimiento alguno al final del set me fuí del salón principal al bar con el ánimo de descansar. Justo en ese momento los integrantes de Yo La Tengo llegaron al lugar, justo cuando la banda que yo había ido a ver se acababa, básicamente diciéndome que no les había importado, y justo cuando la que yo no precisamente yo no conocía ya comenzaba. Obviamente me intrigué y los seguí... no cualquier banda haría que Ira, Georgia y James dejen sus abrigadas casas en un invierno New Yorquino.
Super Furry Animals me tramó... con un poco de oposición de mi parte, me tramó. Su rock y power-pop causó sonrisas en sus fans, las cuales poco se demoraron en contagiarme igual. No puedo asegurar que todas las canciones tocadas me hubieran fascinado, pero de vez en cuando una que otra me dejaba impresionado. Me fuí de ese lugar sabiendo que tenía una banda más a la cual dedicarle al menos una búsqueda de google, si no una pequeña estudiada, porque algo bueno o excelente me iba a encontrar en su catálogo. Bueno, heme aquí. Si Hey Venus!, su último (y octavo) trabajo, no es de lo mejor que SFA ha lanzado, entonces estoy jodido, porque los mejores me van a dejar mal.
Hey Venus! tiene tantos detalles para ser descubiertos cada vez que uno lo pone entero, y es tan corto con tan solo 36 minutos, que se presta para hacerlo más de una vez. Cada vez que lo escucho no puedo dejar de imaginarme al grupo de adultos que vi en el escenario, todos con alma de niños, dándose garra, mezclando géneros, jugando con sus guitarras, haciendo coros ridículos y metiéndole cuanto sonido raro uno no se espera escuchar. Buenísimos. Y lo peor (mejor) es que el asunto les funciona! Desde la energética The Getaway Song, la primera canción, hasta Battersea Odissey, la penúltima, la fiesta no para. La última, Let the Wolves Howl at the Moon es como para respirar, porque en serio, esos 36 minutos se pasan volando.
Escúchelo aquí abajo, y cómpreselo si le gusta... hay que apoyar para el siguiente álbum que ya viene en camino.
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